- 20 cm de alambre fino
- Cinta adhesiva
- Una botella
- Un cubito de hielo
- 4 cucharas
- Enrrolla cada extremo del alambre a los mangos de dos cucharas y sujétalos bien con la cinta adhesiva.
- Pon un cubito de hielo en la boca de la botella y coloca el alambre encima del cubito, de forma que las cucharas queden colgando a ambos lados, a la misma altura. Deja la botella en un sitio frío y observa lo que ocurre.
La presión de un objeto sobre el hielo hace descender el punto de fusión. El cubito se funde en el lugar donde el alambre ejerce presión y por eso el alambre se hunde. El agua que queda por encima vuelve a congelarse.
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